3 de julio de 2009

Como una limosna me entregás instantes de tu presencia que me arrancan mil sonrisas ciegas.
Y esos ojos ya no se tropiezan ni tiemblan cuando estoy cerca. Ahora bostezan y se van (no importa donde).
Aquí me ves quemando margaritas a tus pies y tú con tu boca en cualquier bar de copas regalando besos. Vos ves mi derrota. 
Tu cariño sale ya sin fuerza y aun te ríes cuando sale mi tristeza.

No hay comentarios: