2 de agosto de 2009

Mucho gusto, este reino es mío –dijiste-. Aquí, cuando calienta el sol caen cenizas del paraíso, mejor imposible.
En ese momento me di cuenta que no éramos tan distintos, caí a tus pies. En cuestiones de amor, la gente cree que soy una loca de atar, pero ese día me sentía una princesa, una princesa de ese reino. Es cuando recuerdo esta historia que me ahoga el peso de la culpa. Intento buscar luz entre las tinieblas, pero después de la tormenta, hay un pasado que vuelve como tragedia y siento que la vida está en otra parte, que no soy yo quién vos queres. Te siento tan cerca, pero a la vez tan lejos, es como estar mirando el suelo desde el cielo. 
Solo queda remarle a la luna, salir a rodar la vida, ver todo con ojos de niño, volver a empezar un amor de primavera y lograr una vida en colores. Deberíamos empezar a volar… volar no cuesta nada, entrar en un mundo de sensaciones cuando nadie nos vea, entrar en el país de nomeacuerdo, donde volar no cuesta nada, y si todo sale bien, hoy podrá ser un gran día y en el cielo las estrellas por fin van a brillar. 



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